Recientemente, estuve en evento en el cual hubo una serie de exposiciones. Me di cuenta de que casi todo el mundo habló de ¨el problema¨…
Claro que hay que entender cuál es el problema para poder encontrar soluciones, pero siento que muchas veces nos quedamos enganchados en el análisis y que debemos dar un paso más allá y hablar de las dos caras de la moneda: el problema y la solución.
Creo que es una mejor inversión de tiempo y energía hablar de cómo se resuelve. Y no, decir que ¨el problema¨ es ¨complejo¨, no debe significar, ¨uy yo ahí no me meto¨.
Debe ser más bien… ¨Ah, pues, hay que ir despedazando el asunto e irlo resolviendo poco a poco. Hay que dedicarle más tiempo, pero se hace igual¨. Las ¨complejidades¨ no deben ser motivo para inmovilizarnos, o huir.
¿Y si le entramos creativamente a ¨el problema¨?
Unos días más tarde fui a una serie de talleres maravillosos, uno de ellos de una Arte Terapeuta que admiro mucho y que habló de cómo crear figuras tridimensionales con papel para hacer un ejercicio de introspección y autoconocimiento.
Solo usamos un trozo de papel rígido (por ejemplo, una bolsa de papel kraft, papel bond, papel de cuaderno, periódicos, papel de aluminio, celofán, revistas viejas, etc.) y algún adhesivo como Resistol, pistola de silicona o cinta adhesiva.
Nos pidió sentir el papel, escucharlo, olerlo… y luego, moldearlo como quisiéramos. ya sea arrugarlo, rasgarlo, torcerlo, doblarlo, o enrollarlo, y darle una forma tridimensional ayudándonos con el adhesivo y dejándonos llevar por el instinto creativo que todas y todos tenemos.
Una vez terminamos, nos pidió que analizáramos la obra y pensáramos en qué significado tenía para nosotros y cómo se relacionaba con nuestra vida.
Entonces, se me ocurre invitarte a que tomes los materiales de los que te hablé, e identifiques ¨el problema¨. Eso que te preocupa, que te distrae, que te incomoda, y que conoces a cabalidad y te fastidia.
Construye con papel la solución, la que sea, imagina que tienes todos los recursos del mundo, no te limites en la creación de esa ¨solución¨.
¡Quién quita que ahí encuentres el remedio! O cuando menos, tendrás un tiempo para ti, para pensar y mirarlo desde otra perspectiva.
Me cuentas cómo te va.