No es lo mismo comprar algo que tomas de un estante, que ver el proceso de cómo se hace, o conocer a la persona que lo confeccionó, su historia y su entorno. Me encanta cada vez que tengo la oportunidad de hablar con artesanos y hacerles preguntas que usualmente me responden con entusiasmo, y sin el más mínimo recelo de que yo podría “copiarme”.
Recientemente conocí a Don Wayo, un artesano del vidrio que crea pantallas y pendientes. Su trabajo está inspirado en océanos, chocolates, flores y montañas. Incluso, a veces incluye filamentos de cobre dentro del cristal. Me enseñó un álbum donde ilustra su proceso creativo paso a paso. El diseño, patrón, corte, pulido, horno… me explicó como hace para combinar los colores y lograr diferentes texturas.
El ensamblaba mientras conversábamos, aunque tenía cajas y cajas de piezas ya listas para la venta. Yo quedé prendada de su trabajo, enloquecí, y le compré un montón de pendientes que espero usar en collares que yo misma haga, aunque sinceramente, solos también lucen de show.
Poblado Artesanal Los Dominicos en Santiago de Chile
Don Wayo es una de 160 talentosisímas personas que laboran en el poblado artesanal de Los Dominicos, en la Comuna de “Las Condes” en Santiago de Chile. Este lugar es una parada obligada para cualquier craftero que visite ese país. Sumamente pintoresco, con una arquitectura colonial española, techos de paja y adornado con fuentes, bancas, y la flora de la región (Rosas de todos colores, enredaderas de Ivy, sauces y hasta una que otra parra).
Fundado en 1983, al costado de la iglesia San Vicente Ferrer, que es un monumento nacional, ofrece espacios comerciales/talleres a personas que confeccionen todo tipo de trabajo tradicional de la artesanía chilena, que incluye varios tipos de alfarería, trabajo en cobre (prendas, sonajeros, placas, cuadros repujados), tejidos en lana, alpaca, y hasta en crin de caballo, tallas de madera, pintura, esculturas, cuero, mosaicos, todo tipo de textiles (Unas bufandas exquisitas para las cuales no encontré excusa para adquirir), trabajos en plata y en la piedra nacional chilena que es el Lapislázuli.
Aunque fue con Don Wayo con quien más conversé, también estuve en talleres de orfebres, pintores y joyeros. Encontré otra visitante de Canadá que estaba igual de impresionada que yo, porque, mientras esperó, le habían pintado unos ceniceros en cristal que llevaría como souvenir para sus familiares. Coincidimos en que es importante que los gobiernos y la comunidad promuevan este tipo de proyectos y sobre todo, que el público local lo apoye y promueva.
Foto: Pueblo Artesanal Los Dominicos Roman Bonnefoy
Foto: Piezas de Don Wayo, Alba Leal, Santiago de Chile marzo 2007
Este relato fue publicado en http://endi.com el 4 de mayo de 2007