A veces, cuando alguien critica nuestro trabajo o nuestras decisiones, lo primero que sentimos es incomodidad, enojo o hasta ofensa. Pero, ¿y si en lugar de verlo como un ataque, lo viéramos como una oportunidad? Esta es la idea detrás del concepto de Mentalidad de Crecimiento, desarrollado por la psicóloga Carol Dweck.
Dweck, profesora en la Universidad de Stanford en California, Estados Unidos, ha estudiado durante décadas cómo nuestras creencias sobre la inteligencia y la capacidad influyen en nuestro éxito. Descubrió que hay dos formas principales de pensar sobre nuestras habilidades:
- Mentalidad Fija: Creer que la inteligencia y las capacidades son estáticas, lo que lleva a evitar desafíos y temer los errores.
- Mentalidad de Crecimiento: Creer que siempre podemos aprender, mejorar y desarrollar nuevas habilidades con esfuerzo y estrategias adecuadas.
Quienes tienen una mentalidad fija suelen interpretar las críticas como un juicio sobre su valor personal. Por ejemplo, si un diseñador recibe comentarios sobre cómo mejorar un logo, podría pensar: “No sirvo para esto”. En cambio, con una mentalidad de crecimiento, vería la crítica como una oportunidad para afinar su técnica: “Esto me ayudará a hacer mejores diseños en el futuro”.
Un buen ejemplo de este cambio de mentalidad lo encontramos en atletas como Michael Jordan, quien fue descartado de su equipo de baloncesto en la escuela secundaria. En lugar de rendirse, usó esa experiencia para entrenar con más disciplina y convertirse en uno de los mejores jugadores de la historia. Otro ejemplo de esto es la archifamosa Shakira. Cuando era niña y comenzó a cantar, sus maestros le decían que su voz sonaba como una cabra. En lugar de dejar que esa crítica la hiciera desistir, trabajó en su técnica vocal, perfeccionó su estilo y convirtió su voz en su sello distintivo. Hoy, su manera de cantar es reconocible en todo el mundo y ha sido clave en su éxito.
En la vida cotidiana, también podemos aplicar esta idea. Si recibes comentarios en el trabajo que te incomodan, en lugar de rechazarlos de inmediato, pregúntate: ¿Qué puedo aprender de esto? Si algo no te sale bien a la primera, en lugar de rendirte, intenta otro enfoque.
El punto clave es recordar que nuestras habilidades no están escritas en piedra. Siempre podemos aprender algo nuevo, mejorar y adaptarnos. Así que la próxima vez que recibas una crítica, en lugar de defenderte, piensa en ella como un escalón hacia tu mejor versión.