La ciencia de la paz (Paciencia)

Ando en busca de algo que se me pierde muy a menudo. ¡La paciencia!

Suena a chiste, pero es cierto. ¿A poco no te pasa a ti también?

Siempre que me que siento así, recuerdo a una querida maestra que tuve en la primaria y que nos decía, que la paciencia era la ciencia de la paz. Que, si no teníamos paciencia, no podíamos experimentar la paz a plenitud.

¡Cada día que pasa entiendo más profundamente su planteamiento!

Y es que las cosas tienen un ritmo natural, usualmente muy distinto al nuestro. No podemos apurar un amanecer, o que una flor crezca, o que una oruga se convierta en una mariposa.

Vivimos en un mundo con muchos estímulos y de tanta gratificación instantánea que olvidamos esto. Lo queremos todo para ayer.

En el libro Character Strenghts and Virtues, sus autores explican que la paciencia no es una sola cosa, sino una combinación de factores entre los que se encuentran la apertura mental, la autorregulación, la perseverancia y la esperanza.

Es decir, recomiendan practicar la paciencia aceptando que no tenemos toda la razón ni que las cosas tienen que ser como queremos. También identificando nuestros impulsos y aprendiendo a controlarlos. Además, manteniéndonos en nuestro camino a pesar de los obstáculos.

Pero lo que da el jaque mate es la esperanza. Vivir con la certeza de que existe algo mejor y que llegará a nuestra vida en el momento adecuado. Porque todo llega en su justo momento.

Te invito a que hagas conmigo la siguiente actividad para atraer la paciencia:

  • Toma una hoja en blanco y un plumón o un lápiz.
  • Imagina cómo sería la paciencia si tuviera forma.
  • Dibújala. Esmérate pintando todos los detalles que se te ocurran.
  • Contémplala y conócela. Ponla en un sitio visible y pídele que te acompañe y que te dé fortaleza y que te recuerde que todo llega cuando tiene que llegar.

¡Cuéntame si te gustó!