¿Harías tus propios beads?

Hice una búsqueda rápida en Internet del término “Bead Store” y me devolvió 2,040,000 récords. Seguramente hay muchas tiendas que no tienen presencia en Internet que habría que sumarle a ese impresionante número. La pregunta es, habiendo tantas tiendas y tanta variedad, ¿Por qué hay gente que prefiere hacer sus beads? La respuesta es contundente; porque los artesanos somos así. Nos gusta crear, y sobre todo, impregnar lo que hacemos con nuestra energía y nuestro “sello personal” que es tan único como la cantidad de personas que hay en el mundo.

Una vez experimenté hacer cuentas en polymer clay, y realmente no me fue tan mal. Pude combinar los colores a mi gusto, hacer diferentes formas y tamaños según las fui necesitando y ni hablemos del costo, ya que de un paquetito de polymer, se pueden hacer infinidad de cuentas. El proceso fue muy gratificante. Cada vez que uso esa pieza que hice, me regocijo al decir que la confeccioné “from scratch”. Usar polymer no es tan complejo porque es como una plastilina, muy moldeable, pero hacer cuentas en otros materiales como madera o cristal, si son “grandes ligas”.

Mi amiga Zasha, que ahora vive en Filadelfia, y fue mientras vivía en Puerto Rico mi cómplice en cuanto embeleco de manualidades se nos ocurría, participó de un taller de confección de cuentas de cristal. Con la buena fortuna que tomó fotografías del proceso y se tomó el tiempo de describir cada una de las etapas para que las publicara aquí. ¡Gracias Zasha!

Lampworking

Resulta que este tipo de trabajo de crear cuentas de cristal se llama “lampworking” aunque no tenga nada que ver con iluminación. Esto es porque en le pasado, para derretir el cristal que viene en unas largas varas, se utilizaba lámparas de gas. Hoy día el nombre permanece, aunque se utiliza una antorcha de propano y oxígeno

1) El primer paso para hacer un “bead”, no importa la forma final, es hacer lo que se conoce como un “beagle” o lo que le podemos llamar una dona, sobre una vara de metal llamada “mandrel” cubierto de arcilla. (La arcilla es para que el cristal derretido no se adhiera permanentemente al “mandrel”.

2) Se enciende la antorcha, la cual tiene una combinación de oxigeno y gas propano, se gradúa la llama, se calienta el “mandrel”.  Poco a poco se introduce el cristal (en forma de una vara de al menos pie y medio) para que no se rompa al sufrir el choque térmico de pasar de estado frío a la llama caliente.

3) Una vez comienza a derretirse el cristal se forma una gota el final de la varita de cristal.  En ese momento, se procede a poner el cristal sobre el “mandrel”. Al mismo se le va dando vuelta para que el cristal derretido vaya formando la donita.  Se sigue poniendo cristal hasta tener una dona del tamaño deseado y se retira el cristal.

4) Luego se procede a dar forma y pulir la dona.  Se mantiene el cristal (ya en el “mandrel”)  en la llama para calentarlo completamente. El cristal pierde su color y se convierte en una masa color anaranjado encendido. Se va dando vuelta al “mandrel” para que la fuerza de gravedad y el fuego conviertan este cristal derretido en una dona perfecta alrededor del “mandrel”. Una vez la dona esta perfecta se va alejando poco a poco el “mandrel” de la llama para que vaya enfriando el cristal. Una vez podemos ver el cristal en su color original debemos llevar el “mandrel” inmediatamente a un horno.

5) Este horno hará que este cristal vaya bajando su temperatura poco a poco y no se rompa al sufrir un choque térmico. Este horno debe tener una temperatura específica en todo momento. Cuando ya se ha terminado la producción del día se le va bajando la temperatura poco a poco hasta que se apaga, solo entonces es seguro sacar las piezas.

6) Las mismas se ponen en un cubo con agua para que la arcilla se vaya despegando del “mandrel” y el “bead” también vaya despegando.

El interior del “bead” se puede limpiar con un cepillo pequeño para eliminar toda la arcilla y la pieza quede impecable.

A veces cuando se trabaja una pieza de cristal y se utilizan diferentes instrumentos y herramientas, el cristal queda marcado.  Para eliminar estas marcas y dejar el cristal brilloso y uniforme, se pone al fuego hasta que el mismo queda perfecto.

Me cuenta Zasha que además de hacer cuentas, aprendieron a mezclar colores, hacer texturas, crear flores, y experimentaron con la técnica italiana de millefiori que es insertar pequeñas florecitas entro del cristal.  Esta clase es parte de un programa integral de desarrollo de las artes en un parque público que se conoce como Tyler Park, cerca del Bucks County Community College en Newtown, Pennsylvania.

Foto: Alba Leal, Ranaissance Faire, Phildadelphia 2010