Muchas veces, a pesar de que tenemos vacaciones, terminamos aún más cansadas y estresadas porque queremos hacer caber demasiadas cosas en bien poco tiempo.
Ahí es cuando es una buena idea hacer un alto y sacar tiempo para dedicárnoslo a nosotras mismas. Recuerda que cuando nosotras estamos bien, podemos dar más y mejor a las personas que queremos.
¿Pero cuál es la diferencia entre descansar, relajarse y recargarse? Muchas veces usamos estas palabras como sinónimos, pero cada una tiene importantes matices:
Descansar: Es una necesidad física, mental y espiritual que todo ser humano tiene. No hay nada malo con sentirse cansada, con sueño o deseos de flojear un poco. Nuestro cuerpo nos avisa cuando se le va acabando la pila. Entonces, ahí es cuando debemos dormir unas horas adicionales, echarnos una siesta, o tomar un día para quedarnos en casa y no hacer nada hasta que nuestro cuerpo se recupere.
Relajase: Es otra necesidad vital, y distinto a descansar, es cuando precisamos que nuestro cerebro cambie de panorama para poder despejarnos, dar impulso a nuevas ideas y encontrar soluciones. Algunas formas de relajarnos son: caminar, nadar, flotar, hacer yoga, leer ficción, ver una película, o juntarse con amistades y no hablar de la situación que nos preocupa.
Recargar: Son actividades que nos ayudan a renovar y balancear nuestra energía para que no nos sintamos abrumadas por la vida cotidiana. Tomar una clase de algo que nos divierte, llevar a cabo trabajo voluntario, hacer arte, tener un hobby, meditar, tener el hábito de alejarnos de móvil a cierta hora, hacer ejercicio, llevar a cabo una rutina de estiramiento, etc.
Conocer estas sutiles diferencias nos ayudan a analizar y elegir mejor la solución a nuestras necesidades. Pregúntate ¿Cuál de estas me hace falta ahorita mismo para sentirme mejor?