Dicen que la percepción es todo – ¡y lo es! Existen muy pocas personas que nacen con una capacidad natural para hablar con soltura frente a una audiencia o simplemente interactuar con desconocidos. La mayoría de quienes dominan esta destreza, lo han logrado aprendiendo técnicas y practicando con frecuencia. Para otros, es parte de un proceso de auto superación constante basado en estudio y muchos ensayos.
Recientemente tuve el privilegio de asistir a un taller con Cara Hale Alter, experta en comunicación interpersonal y autora del libro “The Credibility Code“. Fue fascinante oír información cuantitativa sobre las similitudes y diferencias de cómo las personas se comunican en cualquier idioma y cultura, así como en entornos interculturales. Cara hizo énfasis en los hábitos que a veces de forma inconsciente pueden hacer que nuestro interlocutor nos perciba como la persona que no somos, o incluso peor, como alguien con falta de credibilidad.
Los “descarriladores” de la comunicación
Hale-Alter llama “descarriladores” a aquellos acciones que distraen o que inconscientemente le restan seriedad a nuestra comunicación oral. Muletillas (como digo, esto, osea, y), gestos torpes (agitar las manos de forma excesiva, tambalearse, moverse como péndulo), auto-criticarse (disculparse, hacer muecas en referencia a algo que acabas de decir o reírte de algún error que hayas hecho), inflexiones ascendentes (terminar una declaración como si fuera una pregunta). En el taller, ella demostró cómo estas cosas no pueden suceder cuando alguien está leyendo un texto en voz alta. Estas reacciones son causadas por la adrenalina que corre en el cuerpo cuando estamos coordinando nuestros pensamientos, el habla, y los movimientos físicos, mientras tenemos la tensión de que estamos siendo observados.
- Para reducir la cantidad muletillas, Hale-Alter recomienda grabarse en video o dar un discurso improvisado frente a un espejo. El desafío es sustituir las “coletillas” por pausas. Hacer una pausa de uno o dos segundos funciona mucho mejor que demostrar que estás obviamente nervioso repitiendo palabras de relleno que nada aportan a tu idea.
- Controlar los movimientos del cuerpo – Mantén tu cabeza nivelada y tu cuerpo equilibrado. Si eres mujer, tus pies deben estar alineados con tus caderas, mientras que para los hombres, deben estar alineados con los hombros. Mantén tu columna vertebral recta y asegúrate que tu nariz apunta directamente a tu audiencia. Aprende a medir tu espacio personal para que puedas mover sus manos de una manera visualmente agradable. Más sobre esto en el capítulo uno de The Credibility Code.
- Auto-crítica e inflexiones ascendentes – Evita ser percibido como inmaduro y/o inseguro al señalar errores menores que muy probablemente nadie más notó o no son relevantes. Nadie espera que seas perfecta, sino que seas creíble e informativa. Además, la manera en que terminas tus oraciones pueden afectar tu credibilidad si suenan como una pregunta.
No esperes hasta que tengas esa reunión tan importante con tu CEO o con un cliente para poner en práctica estas mejoras. Comienza poco a poco, hablando con extraños en la fila del banco, el parque, o en el centro comercial. Cuando te reúnas con un grupo pequeño, trata de mantener 2 o 3 segundos o contacto visual constante con cada persona, controla tus expresiones faciales para evitar tener una cara de póker o la sonrisa del Guasón.
Deja mostrar tu personalidad con candor y ¡recuerda que la práctica hace la perfección!
Nota: Esta entrada fue publicada originalmente en inglés en Devrelguy.com