Vengo de una cultura donde la muerte es un tema tabú. Es algo tan ajeno que uno le ignora, teme y teje un drama alrededor de ésta cómo si no fuera algo natural. Sin embargo, la verdad es que muerte es lo único que tenemos garantizado en esta vida.
Sabiendo esto, y queriendo aplacar mis propios miedos, me gusta aprender sobre cómo culturas distintas a la mía manejan el tema. Yo desconocía que había otra forma de asimilar la muerte hasta que me fui a estudiar a Estados Unidos y conocí personas que profesaban otras religiones, o eran parte de otras tradiciones. Me di cuenta que hay quien ve a la muerte como un nuevo comienzo, como algo esperado y normal, y en el caso de los mexicanos, hasta la celebran con un colorido evento cada principio de noviembre con rituales basados en la sabiduría de sus antepasados prehispánicos.
¡Gracias Coco!
Ya el mundo entiende a cabalidad la tradición del Día de los Muertos gracias a la estupenda película Coco, que hizo un estelar trabajo explicando de qué se trata y disipando la errónea percepción de que es algo oscuro o siniestro.
En esta ocasión pude experimentar el esplendor de esa celebración en la Ciudad de México. Es muy lindo visitar establecimientos y ver los altares que preparan, en muchos casos en honor a personalidades públicamente conocidas o recordando a ex-compañeros o familiares. Una de las vías principales de la ciudad, El Paseo de la Reforma, exhibe obras alusivas en sus isletas y recibe a miles de persona en el recientemente instituido Desfile del Día de los Muertos. También es muy común ver por toda la ciudad jardines repletos de Cempasúchil, unas flores muy parecidas a la de la Caléndula (Marygolds), de intenso y parejo colores naranja o amarillo oscuro, que tienen 20 pétalos y también le llaman la “flor de muerto”.
Ofrenda Monumental en Casa de Emilio “El Indio” Fernández
Muy a mi pesar, conozco poco del cine mexicano. Sin embargo, soy consciente de la influencia que tuvo en lo que hoy es Hollywood, y sobre todo, de que dio verdaderas leyendas. Una de éstas, fue Emilio Fernández, actor y director de más de 129 producciones de cine internacional. Tuve la fortuna de ser invitada a un evento que se lleva a cabo cada año en lo que fue la casa de Fernández y su familia en Coyoacán y donde cada año, bajo un tema en particular, sus descendiente y vecinos arman una monumental ofrenda en conmemoración del Día de los Muertos. Es sencillamente impresionante. La casa tiene unos cuatro pisos y una arquitectura muy peculiar, con paredes altas, arcos, azulejos y finas combinaciones de concreto y madera. Toda la propiedad es arreglada con decenas de instalaciones alusivas a algún alma en particular, y por supuesto, a todos los miembros de la “dinastía” Fernández, quienes entiendo que también fueron destacados actores, directores y trabajadores del arte.
Una de las que más me llamó la atención, tenía la siguiente leyenda, que siento que resume el espíritu de esta celebración:
“Puedes sentir tu corazón vacío por los que se han ido o puedes sentirlo lleno del amor que te compartieron. Sonríe, ama y sigue adelante”
A continuación una compilación de las fotos que tomé en casa del Indio Fernández, algunos establecimientos, y un video del desfile del Día de los Muertos en la Ciudad de México.