Entrevista Exclusiva con Santa Claus

Fueron muchas las horas de la travesía, pero al fin habíamos llega do al Polo Norte, y nos acercábamos a la hermosa cabaña de “Don Nick” como le llaman allí en su barrio.  Claro, que para el resto de la humanidad él es “Santa Claus”, el único hombre que en menos de 12 horas, logra lo que muchas personas no pueden hacer en toda una vida de trabajo.
Yo estaba muy emocionada y algo nerviosa. A fin de cuentas, después de lo que le había pasado a Santa allá en La Cuchilla, quizá no le hacía gracia que esta jibarita viniera a indagar sobre su vida…

Pero allí estaba él en el balcón, lanzando sus inconfundibles carcajadas y abanándonos a modo de bienvenida. Su casa es muy modesta, pero la rodea algo así como un halo de luz y paz.

Entramos y nos fuimos quitando los abrigos, mientras le comentábamos que jamás habíamos sentido un frío tan intenso. Pero, insistimos en que no nos molestaban las gélidas temperaturas, porque al fin nuestra anhelada misión estaba convirtiéndose en una realidad.

Mrs. Claus llegó al acogedor recibidor y nos saludó muy amablemente. Nos mostró las fotos de sus nietos y se puso feliz cuando le dimos la bolsita de café Alto Grande que le habíamos llevado. Luego, pasamos a la oficina de
“Nick”… allí nos pusimos cómodos, y lancé la primera pregunta …

¿Por qué dicen que usted hace los juguetes, cuando en realidad son los mismos que se ven en las jugueterías?

Bueno, cuando yo me inicié en esto, no había grandes plan tas manufactureras, compañías multinacionales, ni comercio global… ni siquiera había comenzado la revolución industrial. Así que, del mismo modo como tu empezaste en lo tuyo con libreta y lápiz y ahora tienes una laptop y micro-grabadora, todo evoluciona y yo también he simplificado mi método de trabajo. Ahora, quiero que sepas que lo más importante de mi labor, no son los regalos que doy, sino la ilusión que viven las personas que creen en mí, y me esperan en sus hogares cada Navidad.

¿Entonces, está consciente de que hay personas que no creen en usted?

Por supuesto. Tristemente, hay gente que simplemente se ciegan a las cosas maravillosas de la vida. Pero sin ánimo de que nos pongamos filosóficos: Sólo existen aquellas cosas que en las que creemos.

¿En qué cree Santa?

En la eternidad, en la sinceridad…en ser genuino con uno mismo…y en la pasión que se le pone a cada esfuerzo, por pequeño que sea. La pasión es poderosa…nada se puede lograr sin ella y nada puede ocupar su lugar…
es el “motor” de los sentidos. Es el ingrediente más importante en la receta para alcanzar los sueños.
 
¿Cuál es su sueño más preciado?

¡Jo, Jo, Jo el mismo de hace siglos!!! Que todas las personas sean felices, sin que importe su credo, raza, género, posición social o pensamiento político. Pero ojo, ser feliz no es que las cosas marchen tal como queremos…
sino aprender a vivir con nuestras realidades y aceptar nuestras limitaciones, contando nuestras bendiciones
en lugar de nuestros problemas.
 
¿Realmente usted da la vuelta al mundo en un día?

Sí, llego a todos los lugares donde sé que me reciben con fe e ilusión. También, tengo un plan de trabajo bien delineado, que planifico y ensayo con mucha antelación. Además, lo evalúo cada año para mejorarlo cada vez más. Esto, en combinación con la paciencia ( que por cierto, está a punto de caer en peligro de extinción) y el juicio al usar los
“Time zones”…  ¡Llego a donde quiero!!!

¿Le molesta que no hallan chimeneas en algunas de las casas que visita?

No, en lo absoluto. A mí lo que me molesta es llegar a lugares donde “celebran” la Navidad sin saber realmente por qué es esa fiesta.

¿Que edad tiene Santa?

Bueno, digamos que dejé de contar cuando llegué a los 550… pero desde entonces han pasado muchas nochebuenas… Créeme, que estoy jovencito y “como coco” porque la juventud es un sentimiento no una edad. ¡Jo, Jo, Jo!

¿Como usted distingue los que se han portado bien de los que se han portado mal?

No soy yo. Yo no juzgo, ni castigo. Cada persona tiene su conciencia y obra de acuerdo a lo que esta dicta. A veces al leer las cartas, percibo conciencias inquietas…

¿Por qué a veces no trae lo que se le pide?

Porque no siempre conviene. A veces nos empeñamos en cosas y luego nos damos cuenta que era mejor que no se nos proporcionaran. Todo tiene su espacio, tiempo y su razón de ser.

Hay países donde además de usted, llegan los Tres Reyes Magos… ¿Los considera competencia?

Gaspar, Melchor y Baltasar son amigos entrañables. Claro que yo los visito más de lo que ellos me visitan, porque aquí se les refrían los camellos. Sólo puedo decirte que esos países a los que vamos nosotros cuatro, son muy afortunados
…y que deben cuidar sus tesoros, no malbaratar y aprender a compartir.
 
¿Los duendes y los renos viven aquí en su casa?

Algunos se criaron aquí con nosotros, luego crecieron y se independizaron. Claro está que siempre nos visitan, nos procuran y no hay que avisarles…cada Navidad se presentan listos para “romper noche” hasta que terminemos de trabajar… Sin ellos no lo podría lograr… ¡Somos un equipo infalible!!!

¿Que mensaje le podría dar a mis compatriotas allá en Puerto Rico?

Que viven en un lugar hermoso y que a veces se les olvida. Sé que están atribulados con tantos problemas sociales, la adicción, la violencia familiar, la ambigüedad política y ahora, lo de Vieques. Manténganse unidos, no claudiquen en sus propósitos, no menoscaben los esfuerzos de sus hermanos,  luchen pacíficamente por lo que crean que es justo y que esa lucha les sirva de modelo a muchas otras batallas que han de librar como pueblo. Abran sus mentes
y cuiden a la familia que es el cimiento de cualquier sociedad, y esta Noche Buena, cuando alcen sus copas … brinden por la bonanza de la que disfrutan, por la naturaleza que les rodea y por el futuro del que cada uno de ustedes es arquitecto.

¡Esmérense!

Sus palabras eran tan certeras… ¡Cuánta sabiduría había en ese viejito pipón!. Continuamos conversando por unas cuantas horas.   Vimos sus álbumes mientras saboreábamos un exquisito “Egg Nog”… Ya casi caía la noche y debíamos regresar…

Él mismo nos llevó volando en su trineo a nuestro punto de partida… y nos dijo: “Que la Navidad esté siempre en sus corazones, Jo, Jo, Jo… Merry Christmas!!”

Nunca aquellas palabras habían tenido tanto sentido.

Esta historia fue publicada originalmente en “Añil” www.plazaboricua.com/anil en diciembre de 1999.

Foto: Casa de Santa Claus, en Noth Pole, Alaska